He escuchado opiniones de personas cercanas a mi sobre el cambio en la forma de pensar de las mujeres, en la forma en la que viven y construyen una realidad diferente a lo ya constituido.
Hoy en día hay una pregunta constante entre la sociedad para cualquier aspecto de la viday es: ¿Por qué la manera en la que se ha construido el mundo debe ser así y no de otra forma?
Hoy se abren muchos debates a nivel global sobre el actuar de las mujeres, el rol preestablecido, el estereotipo y la posición que históricamente se nos ha formado a través de la cultura como parte de un deber-ser.
Las mujeres hemos tomado, arrebatado el micrófono para que nuestra voz sea escuchada, cuestionamos, confrontamos y hoy gracias a ello, podemos conseguir títulos universitarios y colocarnos en puestos de poder y decisión, podemos votar y dedicarnos a la política, comprar un bien inmueble sin el permiso de nuestra pareja, hermano o padre, ejercer libremente una religión y vestirnos cómo queramos.
Es necesario mencionar, que el mundo está en constante evolución, la raza humana experimenta, crea y explora nuevas formas de relacionarse, de sentirse, reconocerse y conectar con ellxs mismxs y con el mundo que nos rodea.
Aunque aun existen barreras y límites sociales y mentales, las mujeres y los otros géneros tenemos los mismos derechos que los hombres al placer y al goce, libertad de relacionarnos sexual y sentimentalmente, disfrutar del compañerismo, el amor y la vida sin que seamos señaladxs y discriminadxs, ello forma parte de nuestros derechos y estamos en el proceso de hacerlo vida hoy y para las próximas generaciones.
Hace unos días releí un artículo de Coral Herrera que he traído en la mente durante las últimas semanas, plantea cómo ha cambiado su vida con el FEMINISMO.
“El feminismo me ha enseñado que puedo expresar mi deseo y vivir mi sexualidad con libertad, sin miedos ni culpas.
Gracias al feminismo he aprendido a quererme y a cuidarme, a ponerle conciencia a mi salud emocional […] Me ha enseñado la importancia de valorarme, trabajar mi autoestima, quererme bien a mí misma, tratarme bien.
El feminismo me ha enseñado lo importantes que son mis derechos sexuales y reproductivos: derecho a recibir educación sexual y emocional, derecho a tener acceso a los anticonceptivos, derecho a decidir la maternidad, a recibir un buen trato del personal sanitario, derecho a embarazarme cuando quiera, a tener un parto libre de violencia, a elegir a mis parejas con libertad”.
Tengo pocos años de ser feminista, participe en una marcha realizada en la ciudad de León, Guanajuato, hace unos 5 años, exigiendo justicia por nuestras mujeres muertas por feminicidio, fue una de las experiencias más impactantes y estremecedoras que he vivido, a partir de ahí no he parado, y cada día aprendo más sobre la lucha histórica de las mujeres por otras mujeres.
La empatía es un valor fundamental para comprender el feminismo, pedir justicia por las niñas, jóvenes y mujeres que han sufrido algún tipo de violencia machista, es una acción de HUMANIDAD, SOLIDARIDAD y APOYO.
Por ello, existe esta nueva palabra entre nosotras, SORORIDAD, que es un ejemplo de como debemos redefinir y reconstruir la relación misma entre mujeres, esta bella palabra, SORORIDAD, significa la hermandad sin distinción de raza, credo, identidad sexual y estatus económico, entre nosotras, creando lazos de amistad, solidaridad y respeto desde la diversidad.
Por ello, sostengo y reafirmo que el feminismo me ha dado las herramientas necesarias para vivir una mejor calidad de vida, ejercer mis derechos humanos, hacer comunidad con mujeres y hombres que tienen la esperanza de un mundo en dónde reine la equidad, el respeto y el amor igualitario entre los géneros.
Mientras nos sigan violentando y asesinando, alzaré la voz, saldré a las calles a marchar y gritaré JUSTICIA siempre que sea necesario.
https://www.pikaramagazine.com/2019/09/amor-feminismo/
Por: Belén Ortiz Ruiz