La ternura adquiere un poder revolucionario entre los varones

RedKarani

Por: El Resaltador

En diálogo con Pablo Mas, comunicador social especializado en masculinidades, nos preguntamos por las demostraciones de afecto entre varones y hacia ellos. ¿Qué pasa a la hora de abrazarse entre varones?

Como una idea que siempre dio vueltas, nos sentamos a conversar con Pablo sobre los abrazos entre varones. En realidad, hablamos de abrazos pensando en afecto en general, el abrazo es lo simbólico en muchas oportunidades.

Pablo es comunicador social, pero se encarga de gestionar encuentros de masculinidades y hablar sobre el tema. “Cuando abrazaba a uno de mis mejores amigos me mira y me dice: -“ Vos tenés un problema con el afecto con varones, un buen abrazo es pito con pito, nada de tirar el cuerpo para atrás”. Nos reímos, pero me quedé con eso. Con la imposibilidad de abrazar, de abrazar en serio a un hermano”, menciona Pablo al empezar la conversación.

Al recordar su infancia, Pablo mencionó a su “viejo”. Cuando se le vino a la mente su imagen, pudo recordar lo buen tipo que era, pero no sus abrazos. Tampoco de “ningún varón en su vida temprana”.

“A los bebés, en sus primeros meses se les suele dar cariño por igual sin importar su género. Cuando comienzan a crecer, paulatinamente al varón se le retiran ciertas demostraciones de afecto, para no mariconearlo se decía, se dice”, recuerda Pablo.

En este sentido, nos habla sobre “el miedo absurdo de favorecer que ese niño pierda su dureza y virilidad para enfrentar un mundo feroz, que sus maneras denoten delicadeza”. “O en el peor de los casos se convierta en homosexual, para la deshonra de la familia”, añade al final.

“Los brazos son para el trabajo, para el deporte, para la defensa, para la fuerza, para cargar las bolsas del super”

“Abrazar y dejarse abrazar es parte de un proceso de transformación”

Hoy Pablo es papá, y afirma: “cada vez que abrazo a mi hijo, que le digo que lo amo, siento estar mejorando el pedacito de mundo que somos él y yo”. Para él, “la ternura adquiere por estos días un poder revolucionario entre los varones”.

En su breve pero poderoso discurso, Pablo nos habla de la urgencia de encontrarse, hablar, sostenerse, abrazarse. “Es absurdo todo lo que hemos entregado a esta cultura que nos hace sentir importantes y todo poderosos”, reflexiona.

“Abrazar y dejarse abrazar es parte de un proceso de transformación que no puede ser solo mental, teórico, político, público”.

“¿Qué es lo que nos frena a mostrar afecto, a pedir afecto? ¿A qué le tenemos miedo?”, se pregunta el comunicador. “Abrazar, hablar sinceramente con otros varones, mostrar nuestra vulnerabilidad nos cuesta, porque el patriarca interno se retuerce”, se responde a sí mismo. “Abrazar, encontrarse, sí que es un desafío”, admite Pablo.

“Pienso en todos los varones que se criaron sin ser abrazados, que hicieron de niños lo imposible para que su padre los mirara. Que aprendieron que no merecen amor, que no aprendieron a expresarlo, que temen hacerlo. ¿Cuántos abrazos faltan en la vida de los varones en nuestra cultura? La masculinidad puede ser terriblemente solitaria”

Según Pablo, “seguramente abrazarse no alcanza para cambiar lo que somos, pero sin abrazos, sin ternura, todo lo demás es pura pose”.

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