Y todas somos mujeres…

Wera Limón

Es marzo, y es el mes en que el mundo colectivamente decide celebrar a las mujeres. En redes sociales no es poco común ver felicitaciones y gráficos ensalzando los logros femeninos, utilizando con frecuencia los mismos halagos y estereotipos a los que las mujeres se ven reducidas en otros meses.

Este mes y el 8 de marzo deberían ser una conmemoración a la resiliencia femenina y una oportunidad de denunciar todas las formas en que estamos lejos de alcanzar la igualdad, pero no es así. Y si tomamos en cuenta que existen otras muchas violencias además de la opresión misógina que afectan la experiencia de las mujeres, se vuelve más complicado.

Las mujeres vivimos en una realidad que exige ciertos comportamientos y fuerza ciertas violencias sobre todas nosotras. Pero la realidad de todas las mujeres no es la misma.

“Eso no pasa a todas las mujeres”, y es verdad. No todo nos pasa a todas.

Las mujeres de la diversidad sexual: lesbianas y bisexualas, enfrentan discriminaciones y violencias únicas como consecuencia de la expectativa social heterosexista.

Las mujeres trans se enfrentan a descalificaciones por parte de un mundo que para demostrar que su identidad no es válida, ejerce violencias específicamente sobre ellas y con el fin de borrar sus testimonios después.

Las mujeres indígenas y afrodescendientes enfrentan estereotipos y violencia basados en concepciones equivocadas surgidas de ideas racistas y colonizadoras.

Las mujeres discapacitadas son violentadas más frecuentemente, y sus derechos a la autodeterminación son ignorados.

Mujeres de bajos recursos, sin acceso a la educación… todas ellas enfrentarán violencias patriarcales diferentes a una mujer blanca, cis, heterosexual, de clase acomodada, y si ella no está a salvo, ¿no es evidente entonces que cada capa de opresión vuelve más vulnerables a las mujeres que la enfrentan?

Todas somos mujeres. Pero si las estructuras opresoras basadas en orientación sexual, identidad de género, raza, color de piel, situación económica y discapacidad siguen existiendo, siempre habrá mujeres que seguirán sufriendo violencias evitables y corregibles.

El feminismo es para todas las mujeres. Por lo tanto el feminismo debería ser anti-racista, anti-heterosexista, anti-capacista e igualitario.

Este marzo, reconozcamos que identificar la opresión de todas es necesario para la liberación de todas.

Por: Comunidad Chicas BiLess León

 

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